El Feng Shui es un arte que nació hace siglos en
Asia, en el que se estudia de qué manera nuestro espacio nos influye en la
salud física y emocional. Se basa en la energía, la que fluye por nuestro hogar
como un viento invisible. El feng shui es el arte de armonizar las energías que
nos rodean y aprovecharlas a nuestro favor, fomentando las energías favorables
y minimizan las desfavorables.
La técnica del Feng Shui es mucho más que una simple
técnica de decoración. Es un sistema de comunicación con el entorno en el que
vivimos, a través del cual podemos aprender a conocernos mejor y ayudarnos en
el éxito de nuestros objetivos. El espacio es el principal objeto de estudio de
la técnica de Feng Shui, para poder aplicarla necesitamos la existencia de un
espacio físico.
Hasta ahora hemos hecho alusión al comportamiento
del propio espacio, a su orden natural y lo que se representa de él. Ahora nos
referiremos a los objetos, a su comportamiento dentro de un espacio, la
relación con el espacio y la relación entre los objetos. Para hablar de esta
relación nos referimos a dos conceptos; cambio y equilibrio. El cambio implica
movimiento y el objeto de este movimiento es conseguir el equilibrio. Y ese es
el secreto de la aplicación de la técnica del Feng Shui: entender el lenguaje
del entorno, y conseguir el equilibrio dentro de un espacio, que nos transmita
que tenemos que hacer para conseguir un espacio agradable y armonioso, donde
sentirnos a gusto y así poder disfrutar de una salud plena, nuestra carrera
progresará, los ingresos aumentarán y la nuestras relaciones serán
satisfactorias.
Necesitamos descubrir nuestros objetivos, para poder
reflejarlos estéticamente en nuestro entorno creando los escenarios apropiados
para poderse desarrollar. La práctica del Feng Shui se convierte así en un
instrumento a través del cual recordamos lo que queremos conseguir e incluso,
podemos hacer que nos sirva de inspiración y motivación para conseguirlo.
Analizando el entorno en el que vivimos, podemos
descubrir la información que nuestro inconsciente nos está revelando sobre los
retos que tenemos que aprender para conseguir nuestros objetivos.
Del mismo modo, una vez aprendido cómo funciona el
lenguaje del entorno, asegurarnos de que este nos apoya conscientemente en la
consecución de nuestros objetivos.
Estamos hablando del entorno como medio de
comunicación, el espacio en el que trabajamos y vivimos puede apoyar nuestros
mensajes y actividades. Pero no lo hará por sí solo. Somos nosotros los
encargados de decorar el espacio para que cumpla esta función. Entonces el
espacio se convierte en un medio de comunicación con nosotros mismos, una
puerta que nos invita al desarrollo personal y a conocernos mejor.
La energía que nos rodea, afecta nuestros estados de
ánimo, por lo tanto, nuestra posibilidad de éxito o de fracaso en la vida. La
cuestión es que el entorno nos apoye en la consecución de nuestros objetivos.
En este sentido el Feng Shui es un buen instrumento para iniciar una dinámica
positiva de cambio.